jueves, 18 de abril de 2013
La obesidad infantil en Aragón se duplica en los últimos 20 años
La obesidad infantil se ha duplicado en Aragón y el sobrepeso casi se ha triplicado en los últimos veinte años. Los bajos niveles de educación física y la escasa actividad deportiva de los niños aragoneses son, además de otras cuestiones nutricionales, parte responsable de esta situación. Estas son algunas de las principales cifras y conclusiones de tres estudios de investigación que se han presentado en febrero del 2013, en la Universidad de Zaragoza. El investigador del Grupo GENUD (Growth, Exercise, Nutrition and Development), de la Universidad de Zaragoza y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte, de Huesca, José Antonio Casajús, ha coordinado estos tres estudios que acaban de ser publicados en tres revistas especializadas y de reconocido prestigio científico (Annals of Nutrition & Metabolism, Obesity Research y Apunts. Medicina de LEsport).
En los colegios e institutos se proponen proyectos educativos sobre el consumo de un desayuno saludable, que bien es sabido que es la principal comida del día, y que es seguramente la que menos hacen nuestros alumnos/as al iniciar su jornada diaria.
El alumno/a a media mañana se siente cansado, mareado, incluso, puede que muestre apatía con el resto de los compañeros/as y profesores, lo que provoca una disminución muy importante de su rendimiento académico y su sociabilización en el centro educativo.
Estos talleres, seminarios y charlas enseñan a los alumnos/as a prepararse un almuerzo saludable, 'por ejemplo un bocadillo de jamón serrano con tomate, o de pate que tiene mucho hierro...en vez de repostería y chucherías, que con frecuencia se ve consumir en los recreos'; también enseñan a organizarse el número y cantidad de comidas en sus casas y fuera de ellas, también se realizan juegos de interacción social y actividades físicas, promoviendo el ejercicio y la interactividad entre iguales, dejando a un lado los móviles y auriculares, que tanto les aíslan sin darse cuenta.
Esta comprobado que con el apoyo de los docentes en los centros escolares y una mayor predisposición de las familias, a mejorar los hábitos alimentarios de sus hijos e hijas y por supuesto la propia de los adultos siendo de gran ejemplo para sus hijos en los hogares, lograremos reducir la obesidad infantil y mejorar la calidad de vida.
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